Salas blancas. Cómo son y cómo se construyen

Las salas blancas son estancias que resultan indispensables para muchas empresas y fábricas que requieren de un espacio seguro y limpio donde poder desarrollar ciertos productos o servicios. Pero, qué son las blancas y para qué sirven. 

Qué es una sala blanca

Una sala blanca o limpia es un espacio de una o más habitaciones en la que no hay contaminación, por lo que cuenta con parámetros ambientales estrictamente controlados. Surgen por la necesidad de disponer de recintos en los que puedan desarrollarse procesos y operaciones con toda seguridad, respetando la calidad del producto elaborado, evitando cualquier contaminación. 

Su construcción y diseño depende del uso posterior que se le vaya a dar a la sala, teniendo en cuenta los niveles de aire, presión diferencial o temperatura, entre otros, que se mantendrán dentro de unos límites concretos en función de la finalidad de la sala.

Principalmente, el uso de las salas blancas de ambiente controlado se relacionan con la elaboración de determinados productos en diferentes sectores:

• En la industria alimentaria en bebidas, preconizados, productos cárnicos, etc. 
• En el sector bio-farmacéutico en productos para el uso en animales, en humanos, en cosmética, química, biotecnología, etc.
• En el sector sanitario en espacios como hospitales, quirófanos, laboratorios, radiofármacos, salas especiales, etc.
• En la alta tecnología para su empleo en automación, aerospacial, nanotecnología, microelectrónica, etc.
• I+D+I en laboratorios de investigación, salas de docencia, espacios de confinamiento, universidades, etc.

Origen de las salas blancas

Los primeros prototipos de salas blancas se desarrollaron a finales del siglo XIX, cuando se detectó que las infecciones producidas por bacterias en el aire de un quirófano se reducían de manera considerable si existía una ventilación adecuada e intensa. Desde ese momento también se comprobó que era necesario seguir unas normas de higiene, una vestimenta adecuada, así como esterilizar todo el material quirúrgico empleado después de cada uso. 

La primera sala limpia que se conoce fue inventada por el físico estadounidense Willis Whitfield. Hasta entonces, los cuartos limpios eran espacios con graves problemas de salubridad debido a la libre circulación de partículas y los flujos de aires impredecibles. Whitfield diseñó una sala limpia con un flujo de aire constante y altamente filtrado para eliminar cualquier tipo de impureza. Años después, durante la década de los años 60, este tipo de salas se había extendido por todo el mundo.

Principales características de las salas blancas

• El aire que entra en la estancia es filtrado con el fin de eliminar partículas en suspensión o cualquier tipo de organismo que puede modificar la ventilación del espacio, que se va renovando constantemente para evitar la acumulación de polvo.
• El objetivo principal es que el aire filtrado fluya de los espacios más limpios a los más contaminados. En una sala blanca con cámaras múltiples, la sala que esté más limpia siempre tendrá la presión más alta. Los niveles de presión están establecidos de tal manera que el aire más limpio fluye hacia los espacios más sucios.
• La presión dentro de las salas blancas es algo superior a la del exterior con el fin de evitar que, al abrir la puerta, pueda entrar aire contaminado de micropartículas.
• En las salas blancas se mantiene el aire limpio con el uso de filtros de aire de partículas de alta eficiencia, también conocido como HEPA, los cuales tienen la capacidad de atrapar partículas de hasta 0,3 micrones o incluso más grandes. Todo el aire que entra en la sala pasa a través de este filtro, y si es necesario realizar una limpieza más exhaustiva se emplean filtros de aire de partículas ultra bajas (ULPA).
• El sistema de esclusas en las puertas que permite aislar las áreas del exterior, consigue mantener las diferentes presiones entre las salas.
• El sistema esclusa para puertas sirve para aislar áreas determinadas cuyas características ambientales deban estar bajo control.

Es importante diferenciar entre salas blancas y cámaras frigoríficas. En ambos caso pueden construirse con paneles sandwich, pero las cámaras frigoríficas, aunque deben cumplir unos mínimos de higiene para la conservación de los productos, su empleo se limita a mantenerlos en las condiciones de temperatura adecuada.

Para la construcción de una sala blanca puede utilizarse diferentes materiales, como por ejemplo paneles sandwich, tanto para las paredes como la cubierta del espacio. Otro material que suele emplearse en este tipo de proyectos son los perfiles sanitarios, un remate específicamente creado para mejorar la limpieza de instalaciones, principalmente en cámaras frigoríficas, salas blancas, etc.

Regulación y normativa de las salas blancas

En las salas blancas es fundamental que exista una concentración de partículas ambiental, es decir, el control de las partículas del aire dentro del área. Para asegurar su control y obtener un estándar único de clasificación y pruebas de sala se debe cumplir la normativa ISO 14664, un estándar de clasificación de la concentración particular ambiental, aplicable a cualquier sala limpia y a todos los procesos o productos que precisen de un control del grado de contaminación.  

Dentro de esta normativa, se identifican las salas limpias en base al número de partículas por metro cúbico que pueden contener un ambiente, dando lugar a diferentes clasificaciones del ISO 14664 que van del 1 al 9.

En conclusión, dicha normativa es fundamental para garantizar los bajos niveles de contaminación de agentes externos y asegurar la calidad del producto o proceso llevado a cabo en dichas salas blancas o limpias.